No hubo ni habrá


No hubo saltos como los nuestros en aquella terminal gris y fría, cuando sonó en la megafonía el retraso de tu avión. Y se nos presentaron tres horas de tormenta, para tí y para mí. Nuestras. Rodeados de ejecutivos enfadados, ignorando nuestra suerte y lamentando la suya.

No hubo mentirosos más grandes que tú y yo cuando decíamos que habíamos empezado a salir. Cuando lo unico que hacíamos era entrar. En tu cuarto, en el mío. Cancelando cines y cenas. Para volver corriendo a casa de la mano. Para en realidad nunca salir.

No hubo distancia más absurda, insignificante, ni cien kilómetros más irrisorios que los que contenían el aire entre tú y yo. No hubo cartas más largas en una sola hoja. No hubo silencios que gritasen más tu nombre.
No hubo medicina más eficaz que la de aquellas sonrisas. No hubo caja negra con tantos secretos como mi almohada.

No hubo ni habrá un “nosotros” que sepa mejor ni suene más alto.

Marta Suárez (c) www.martasuarez.tk

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