Princesas prometidas

Ya está bien de querer un cuento de hadas, de querer encontrar un príncipe azul que, al final, resulta que destiñe. De querer que nos traten como princesas. ¿No os dáis cuenta de algo? ¡¡Los cuentos que nos han metido a la fuerza desde pequeñas los han escrito hombres!!

¿Quién te asegura que su versión, esta vez, sí es la de verdad? ¿Quién narices te asegura que la Bella Durmiente no quería dormir cinco minutitos más? ¿O que Blancanieves no quería pillarse el ciego del siglo cuando mordió la manzana con "veneno" para olvidar a un príncipe cabronazo? ¿O que la Bella era tan sumamente perfecta que ni un pelito en las piernas tenía, y que amaba a la Bestia tal y como era, cerdo y despeinado, que tenía todo el tiempo del mundo para esperar a que decidiese ser un tío decente? ¿Quién estipula que nosotras tenemos que ser perfectas incluso amando el interior de un tío tan poco considerado que ni se corta las greñas? ¿Quién nos dice que no tenía por ahí un Jon Kortajarena, un Mario Casas, un George Clooney o incluso una Carmen Machi? Qué se yo, otra persona DE SU GUSTO. Otro alguien que eligiese ella y no que apareciese en su puerta.

Imagina por un momento que no querían conformarse. Que no querían esperar llorando a que alguien las rescatase, que querían ser algo más que espectadoras de su vida. Que además de ser las del título del cuento, querían ser las protagonistas. Pero de verdad. Y autoras de su propia historia. Narrado en primera persona y no en tercera. ¿Quién nos asegura que no querían ir en zapato plano, y quién nos dice que no querían ir puerta por puerta a buscar su destino antes de que nadie viniese a "rescatarlas", y a fijarse en ellas ahora que tienen un lacito, cuando antes eran invisibles?

Nada de conformarse con volver a las once, ni con un solo día con piernas de verdad, fuera del mar. Nada de esperar a volverse un cisne blanco como la nieve.
Nadie va a llamar a tu puerta, nadie va a rescatarte. Porque tú eres tú, antes y despues de él. Y de todos.

¿Disney? No sigas el consejo de un hombre que sigue congelado ESPERANDO.
Actúa. Y no tendrás que esperar nunca más. A nadie ni a nada. Porque ya habrás hecho lo que querías hacer.


(c) Marta Suárez 

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