Hay días frikis en la vida de uno, de esos que ni siquiera te atreves a comentar abiertamente y que, no se, creo que forman parte de esa lista de “guilty pleasures”, pasiones ocultas que están ahí pero que te da vergüenza a veces reconocer.
Pero es que atraen tantas cosas buenas... he descubierto que esos días frikis sin límite son los que me curan las heridas, porque están vividos de verdad, sin complejos, al natural y sin pensar en el qué dirán. Son mi verdadero yo en potencia, dispuesto a arrasar con todo y con todos devorando las horas porque son únicas e irrepetibles. Y pocas.

¿Sabéis lo que es ver a la mayoría de tus mejores amigos una vez al año? Seguro que pocos lo habréis experimentado, pero imaginároslo por un momento. Y además, que ese sea vuestro día friki anual.
¿Acaso no lo viviríais sin ningún pudor y con todas las ganas?

Lo de los abrazos, las lagrimitas, las canciones, los mecheros encendidos y los viajes inolvidables... ya todos lo sabemos.
Pero lo increíble está en las sonrisas por cosas pequeñas. Las sonrisas al escuchar eso de ¿por que vas a tantos conciertos si todos son iguales?. Las sonrisas al irse a casa sin cenar, porque eran las 4 de la madrugada. Las sonrisas del doblete, de las colas. Las sonrisas al pensar “tengo que hacer la maleta”. Las sonrisas al volver a casa y ver fotos y fotos y fotos... y leer por tuenti: ¡Súbelas todas ya! Las sonrisas al acordarte de cuántas horas llevan esas galletas deshechas en tu mochila. Las sonrisas al tener que levantarte de una cena familiar para escuchar muuuu malamente una canción por teléfono. Las sonrisas al ver una simple entrada rota.

Un día marcado en el calendario con mil círculos rojos, las siete menos cuarto en el reloj sin pila, la luz apagada, capaz de todo de fondo, la manta azul en los hombros, la entrada del concierto con una chincheta, el corcho sin hueco para las nuevas instantáneas, la mochila llena de cosas que colocar de nuevo en su sitio.

Todo listo para volver a la realidad tras otro viaje inolvidable.
Tras otro día (quizás) friki o (quizás) no tanto.

(c) marta.

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