Guardo los
besos bajo llave en
el baúl de las palabras que nunca te dije. Y se me acumulan encima de él
las razones, arrugadas como la camisa que se te olvidó y que
aún huele a tí. En los posos de café se amontonan todas las
sonrisas que estaban por venir, y las lágrimas que mi corazón esconde
por si mañana vuelvo a llorar por ti.
Y desenredo poco a poco mis recuerdos, para que así ocupen menos y desaparezcan. Y enredo todos mis
te quiero, por si así no puedo pronunciarlos
y logro olvidar cada uno de nuestros amaneceres.
(c) Marta Suárez
te ha quedado bonito el blog! y es verdad lo que dice I.Coixet, de la tristeza se puede sacar mucho más partido. La felicidad es poco fotogénica.
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