Guardo en una caja el papel de la chocolatina que nos comimos a medias, el palo del algodón de azúcar de la feria y un millon de abrazos que nunca me diste y me inventé en mis sueños. La nube que llovió litros sobre nosotros mientras corriamos de la mano, y el lazo de sonrisas que nos ató aquella tarde.
Te espero, y mientras espero desespero, porque he intentado quemar todo lo que me queda de ti, la caja entera de momentos imborrables, pero al arder en el fuego veo mis ganas, tu aliento, y tus manos vuelven a rodearme una vez más. Son de humo, pero aprietan tanto...
No la he abierto desde que te fuiste. Sigue en el rincón más escondido de mi corazón, junto a las palabras malditas, cubierto de polvo y telarañas. Espero a que vuelvas para desempolvarla y quitar la tapa, para colocar en la pared de mi vida otra vez esos recuerdos, y que vuelvan a brillar reflejados en mis ojos, mientras se fijen en ti para no cerrarse nunca más.
(c) marta.
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