“Nothing
unusual, nothing's changed, just a little older that's all. You know
when you've found it, there's something I've learned 'cause you feel
it when they take it away"
No sé qué me dijo cuando le conocí.
Ni el motivo de la primera discusión. Tampoco la última. Lo único que recuerdo claramente es
todo ese último día. Curioso, ¿no?
Sé que aquel último día desayuné un
zumo de naranja. De dos naranjas. Estaba dulce pero con demasiada
pulpa. Y tiré por el fregadero el último sorbo. Dos tostadas con
queso a las que les quité el borde.
Hubiera vuelto atrás para comerme y
beberme cada resto. A recolectar cada rechazo de aquella mañana y
abrazarlo fuerte. Como si así algo de él, de su último día, se
quedase más tiempo conmigo.
Salí del portal de casa a las 7:56h y
bajé la cuesta mirando el cielo con mala cara, amenazándole así
por si empezaba a llover.
Sé que el termómetro de la calle
indicaba 7ºC y que el reloj de la farmacia, como siempre, estaba
adelantado. Sé que tres niños cruzaron conmigo la calle. Que un
anciano hablaba con su hijo por teléfono sobre la cuenta del banco.
Que el viento venía del norte, pues
hacía bailar los árboles por encima del letrero del estanco. Y sé
también que dos furgonetas en doble fila mantenían atascado a un
padre con sus dos hijos en un coche gris, camino del colegio.
Puedo recordar cada detalle de todo lo que hice pero soy incapaz de recordar cuántos lunares poblaban su mejilla izquierda. Qué estúpida me siento ahora, que es tarde, por no haberlos contado a tiempo.
Para
conocer la verdadera historia {Amie - Damien Rice}
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