“Ya sé que no somos una pareja al estilo de antes.
Pero no es necesario tener principios. Lo importante es tener finales”.
Me conoces. Sabes qué cara pongo cuando termina esa película. Sabes los libros que prefiero sobre mi cama, los que guardo en un cajón porque no me han gustado. O porque duelen.
Te has memorizado las cucharadas de mi café, las veces que me sonrojo al oírte tocar para mí.
Sabes cuánto y cómo me gusta el amor. Y el desamor. Vuelves luz cada claroscuro de mis días. Conoces el punto exacto en el que las palabras me empachan y las manos me estorban. Cualquier cosa que quiero está en ti.
Me conoces tanto que no sé ni siquiera quién soy. Parece que tengas todas las respuestas a mis preguntas, que seas el antídoto a mis dudas. El colchón y el paracaídas para mis malas decisiones.
Me conoces tanto que no sé ni siquiera quien eres tú. Supongo que eres mi futuro, mis noches, mis aciertos y mi suerte. Mi casa.
Supongo que la vida que me esperaba eres tú, con todo el kit de rescate incorporado, con las medicinas para el alma y el corazón. El manual de instrucciones de la desesperación. La droga para la soledad.
Supongo también, que somos especiales. Que yo soy quien soy solo si soy contigo. Que lo nuestro es lo mejor que nos va a pasar. Que las mitades no existen si la suma no da un tú.
Estoy preparada para creer. Para dejarme llevar. Para escarbar en cada arruga de tu historial las experiencias que me quieras regalar. Para parchear los miedos con costuras de besos. Para soplar en las heridas, arrancar las malas hierbas de tu espalda, allí donde tú no alcanzas.
Para conocer la verdadera historia... {Los toros en la Wii - Love of lesbian}
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