“Y yo, que no creía en el destino...”
Me veo escribiendo los alientos que nos quedan por posar sobre las paredes de una futura habitación de hotel.Yo, que no creía en la dependencia de dos cuerpos, me veo arrastrando los pies tras tus pasos y la vida tras tu respiración.
Yo, tan incrédulo, me hago fanático de tu religión y me arrodillo ante el altar de tus caricias, de tus movimientos leves y precisos. Me siento ante tu rostro porque sé que, en algún rincón de tu piel, me encontraré las respuestas que siempre busqué.
Para conocer la verdadera historia... {Mientras tu llegas - Ismael Serrano}
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