Feliz cumpleaños, maravillas

Esto os va a sonar un poco extraño, pero me gustaría que alguien pintara las paredes de nuestra vieja casa, esas en las que hemos dejado nuestra señal antes de cerrar por última vez la puerta de ese primero.
Que nuestra historia inspire a alguien y pueda sentir todas las cosas buenas que han pasado entre las paredes de esa casa. Que vuelva a llenar la sala de alegrías, de Parteras, de bailes y canciones, que la música vuelva a inundar la casa, que llene el salón de gente y se tape con una manta, que tenga una compañera de piso tan espléndida como la mía, que se acabe el Butano y se quede durante semanas sin agua caliente, que haga fiestas del pijama que la ataque un enjambre de moscas y que su historia inspire a las próximas chicas que vivan allí. Y que cuando abandone el piso las siguientes personas sientan esa magia y la historia que hay escrita. Y piensen que su vida fue maravillosa.
Y entonces le diga a las nuevas chicas que pinten las paredes, porque se dará cuenta, como me doy yo ahora, de que las palabras que dijimos, los amigos que tuvimos, la urgencia que sentimos esperando que este día no llegue, estará allí, bajo la pintura.
Siempre estaremos de alguna manera. Hemos pintado las paredes con un montón de buenos recuerdos y esa chispa de algo formidable que hemos dejado, esa semilla de esperanza y de verdad, para lo bueno y para lo malo arderá intensamente bajo la superficie”.

Un día le contaste con esas palabras al mundo todo aquello y no hubo mejor manera de hacerlo.
La casualidad de una mañana en la que las cosas se dieron muy mal y terminaron siendo curiosas. Un maravilloso desastre y sus desastrosas conclusiones. Al final las personas como tú y palabras como estas son las que me hacen pensar que las casualidades no existen: es demasiada magia.

Tú me enseñas cada día que pertenezco a ese tipo de gente que observa como los demás jamás os quedáis con la duda del “¿y si...?”. Me descubres que la vida de noche se ve mucho más clara, y que - aunque no te lo creas - sin mí puedes indignarte y volver a salvar el mundo cada mañana aunque aún no te hayas acostado.
Y también sé por tí que las malas experiencias contigo se vuelven recuerdos con los que reír, de los que hablar. Con los que sentirnos orgullosas incluso cuando nos miran con rechazo al contarlos en público. Porque son nuestros y solo nosotras entendemos sus detalles.
Que los ojos que más cosas me cuentan son azules, lo hacen en milésimas de segundo y los míos le responden. Y sé, por ti, que el mundo y la gente pasa por delante y por nuestro lado dejando huellas, y cicatrices. Pero no arrastra lo bueno.
Aprendí que te puedes ir de un lugar donde incluso has llorado y sufrido con más pena que de ningún otro. Y que puedes pasar por allí y mirar la ventana imaginándote si los que ahora viven allí lo hacen de verdad. En los sofás más sucios de risas de toda la ciudad.


No pude hallar otro lugar para perderme con mis sueños”. 
Parece que este hombre escriba para nosotras dos. Por eso le lloramos tanto. Ya sabes: 10 de abril, no te vi bailar flamenco, pero me cambiaste la vida.

Feliz cumpleaños, modelo perfecta.


De: www.martasuarez.tk 
Para: www.allidondeseacabaelmar.blogspot.com

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