Nos volveremos a ver

Quédate con los besos a medias, con la arena en los relojes. Quédate con los ojos que ponía cuando me pedías más. Nada de repartir los afectos. Me siento como un perro esperando a su dueño en la puerta, y por eso me paso la vida ordenando la casa, por si vuelves, para que encuentres todo igual.

Pero tú no llores. Nos volveremos a ver en otras vidas. Y en algún parque, quizás en una fiesta, de la mano de otros proyectos de futuro.
Supongo que serás mas feliz sin mí. Y yo sabré seguir. Aprenderé a vivir en otros cuerpos, y a colocarme las medias tras otras puertas. Subiré otras escaleras tropezándome con el aire, volveré a salir a cazar miradas.
Nadie ha muerto por no corresponderme. Ni siquiera yo. Sobrevivirás. Sobreviviremos.
No pienses en qué hicimos mal. Con el tiempo sabré a borrar de lista las causas pendientes con la inmundicia. Con la pobreza de no tenerte. Y escucharé en las canciones historias que no tengan tu nombre. Me dormiré en otro pecho y tú morderás otras sonrisas. Soplaré las velas de otros aniversarios. Treparás por otro pelo, te aferrarás a nuevas faldas.

Vamos, con lo que a mí me gusta escribir sobre las despedidas, aunque tú las odies... Vuelve a mirarme. Tienes un libro en blanco para estrenar en otros brazos. Yo estaré bien.
Iza velas y coge rumbo nuevo. Ojalá que el viento te lleve hacia el mejor de los destinos.

(c) www.martasuarez.tk

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