Aprobados raspados

- ¿Qué me miras?

- Nada. Estaba pensando en las cosas perdidas.

- Las cosas perdidas... Nunca te ha importado perder si luego ganabas.

- Hablo de cosas perdidas por el camino. Por los miedos...
¿Sabes esos exámenes con dos opciones para elegir? Pues imagínatelo. Eliges una. La más fácil. Sabes que con la otra te coronas, pero quieres perderte el menor tiempo posible escribiendo. Además, nadie lo valorará más... Sabes que una es la fácil, la corta, la que te sabes de memoria. La otra la lees, la relees. Sabes que es buenísima, y que con diez minutos esquematizando la bordas. Pero no te apetece.

- Siempre has sido de los que van por el camino fácil, el que no duele.

- De eso va esto, Maya. De los caminos y los atajos. Esa respuesta te lleva diez minutos. Y terminas de escribir satisfecho, pensando que te has ganado el aprobado y que habrá otros que habrán elegido el camino difícil para llegar al mismo sitio que tú. Y te ríes de ellos.
Entregas el examen, eres el primero, como siempre; miras hacia atrás un último segundo. Ves a todos escribiendo y esforzándose en exprimirse el cerebro para hacer el mejor de los exámenes. Y al pasar por su lado has visto a la mayoría escoger la otra pregunta, la larga, la compleja. Y te preguntas porqué. Porque todavía no entiendes el porqué.
Sales de clase y tienes toda una hora libre para sentarte en el patio a tomar el sol, para no pensar. Pero estás solo. Todos están dentro peleándose con su exitoso examen y su complicada redacción. Estás solo y con los minutos empiezas a sentirte así todavía más.

- ¿A qué viene todo esto?

- A que cuando pasaban los minutos y los días... yo empecé a pensar que yéndome elegí la pregunta fácil. Y tenía toda la vida para tomar el sol y no pensar, y tú eras la pregunta que no quise responder. Y aunque tuve lo mismo que los que deciden arriesgar, a mí el aprobado con cinco “preguntas rápidas” al mes solo me ha servido para echar de menos los retos que otros se atrevieron a superar.

- Quizás no habías estudiado lo suficiente.

- O quizás solo necesito saber si puedo intentarlo en septiembre.


La luz en la oscuridad (amores que viajan entre penumbra)
(c) Marta Suárez Cota

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