¿Conoces esa sensación, cuando escuchas por primera vez en una serie o una película una canción increible, de esas que te dejan pensando “tengo que volver a oír esto”? Pues creo que lo mismo ocurre con las personas.
A veces, ves a alguien por un solo segundo y es como escuchar esa canción. Necesitas tenerla cerca en todo momento, una y otra vez. Y el problema es que no siempre, o casi nunca, puedes. Y piensas “si he vivido hasta ahora sin conocer su existencia ¿porque no puedo aguantar un poco más?” Hasta descargártela, hasta encontrarte con ella por casualidad... hasta olvidarla. Y es imposible, no puedes aguantar despues de conocerla porque - sencillamente - la has conocido, y punto.
Te hace distinto, un segundo antes de conocerla eras otro.

Cuando el otro día nos encontramos después de tres meses y te dije que todo estaba como siempre, me moría de ganas de decirte que todo iba como el culo. ¿Como va a ir como siempre una vida que antes iba con la tuya? Es imposible.
Y cuando te dije que todo había sido agotador en Sudamérica, que solamente había visto carretera y hotel, y que estaba agotado, quise terminarlo con un “te eché mucho de menos”, pero ahora no tenía sentido decirlo, antes te llamaría al llegar al hotel para contártelo, pero ahora...
Y no me alegro, joder, no me alegro de que todo te vaya bien y que lleves tres semanas volviéndote a enamorar de tu profesión, y que me lo resumas en cinco segundos con una sonrisa en la boca. No me alegro, porque querría poder llegar a casa y encontrarte allí agotada con esa sonrisa, contándome durante horas un solo día de esas semanas.
Pero ya se acabó, porque se supone que “no buscábamos lo mismo en esta relación”. Yo ahora busco tantas cosas a la vez para sobrevivir que ni siquiera me he encontrado a mí mismo.

(c)martasuárez

No hay comentarios :

Publicar un comentario