A él le quedaba poco tiempo, quizás un par de meses. Se había enamorado de ella tras verla bailando aquella noche bajo la lluvia, como una niña pequeña empapándose de la cabeza a los pies sin reparos, con los bolsillos llenos de sonrisas.
Lo miró entre triste y resignada, como nunca le había mirado. Sabía que se iría y decidió compartir con él hasta el último segundo de su vida.
- Me da miedo cuando no estés. ¿a quién le voy a contar mis dudas sin verguenza? Contigo todo es fácil, todo es natural.
- Siempre vas a poder contarme lo que te preocupe. Cuando me escribas al cielo, quiero que me lo cuentes todo en tus cartas.

by (c) marta.

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