Me he hecho amiga de este papel que me abrazaba en las noches en que se mojaba con mis lágrimas. Será que cada vez que escribo en él dos líneas sobre tí, tambien te echa de menos.
No me quedan ganas de sentir ni de añorar, y me salen a borbotones de mis poros, como aire y sudor, como si un reflejo involuntario me obligase a desear que vuelvas. Y que me enciendas otra vez la luna en nuestra mesita de noche, y de día. Trazar carreteras de dirección única en tu espalda con los labios, abrirle la jaula a cada sentimiento y volar con alas de cera, y que de nuevo al llegar al sol se derritan y me vuelva a caer en espiral. Porque cuando estoy a punto de no recordarte, cuando encuentro una razón por el camino, caigo como una estúpida.
No se hace nunca de día en mi habitación, y escucho las risas salir de las paredes, los momentos que calentaban el aire. Nunca sale el sol, tapiaste todas las ventanas de mi vida.
Soy como el personaje de una novela al terminar la última línea de su libro. ¿A dónde irán cuando se cierran las tapas y terminan de leer sus vidas? ¿Se quedarán perdidos y solitarios como yo? Me iría al olvido si supiese donde queda.
Este maldito silencio que me mata... tengo nostalgia de tu ruido.

text by (c) makingmebelieve.

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