UNA HISTORIA POR CANCIÓN 48/100

“Juraba y maldecía, y se enredaba en la alambrada de la mansa rutina”.

Le decía a sus manos que ya volverían a entrar en calor, a sus ojos que algún día volvería a aparecer en su encuadre el paisaje del que uno se enamora porque sí. Deshacía con la yema de los dedos las telarañas que cubrían las agujas del reloj y sacaba con ron barato el ritmo monótono a las noches vacías.
Miraba aquel cuerpo posado sobre su cama, siempre de espaldas cuando él no llegaba cansado, aquellos hombros que un día sostuvieron el tejado de su casa, aquellas curvas en las que escondió las pistas para encontrar los planes futuros. Recordaba aquellos días en los que, atropellado, iba enmarañando palabras que no lograban describirlo todo.
Y ahora no tenía ganas de hablar. De explicar. No había aire cuando tocaba soplar las velas un año más, no sabía cómo un beso hace bonito un domingo. Cómo las faldas cortas roban el aliento y obligan a disimular. 
Ahora, entre las cuatro paredes de aquella jaula de la que no sabría escapar. Porque ya ni siquiera recordaba si tendría unas alas con las que volar.

 Para conocer la verdadera historia... {El virus del miedo - Ismael Serrano}

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