Un año más que termina, o eso dicen.
Nunca he creído en los límites que nosotros mismos nos hemos impuesto, ni siquiera en los cumpleaños. A veces que pasen los años no sirve de nada; y otras veces en uno solo, maduras cientos, todo depende de lo irracional de cada uno y de lo más empírico que poseamos.
Pero todos los treinta y unos de diciembre, me da por hacer balance; inevitablemente. En cierta manera nos sirve para creer que después de las doce uvas las cosas irán mejor, que podemos empezar algo de nuevo que en el año anterior nos salió mal. Pero también nos invade la tristeza, y es que aunque sea corto... se trata de una especie de duelo.

Suena típico decir que han sido doce meses especiales, donde he conocido gente buena o menos buena. Y como suena típico, no lo diré.
No ha sido un año especial, no ha sido un año bueno, ni genial, ni regular. Simplemente he vivido doce meses a veces intensos y otras imperceptibles a su paso. Así que prefiero pensar que sigo más o menos feliz y rodeada de gente que vale la pena en un mundo que no la vale tanto, y que es realmente asqueroso. Suena a catástrofe, pero es que en la mayoría de los días da un asco que no veas... xD

Dentro de doce meses estaré de nuevo aquí, contando qué bonito ha sido todo y las maravillosas personas que me rodean... Y es que me volverá a parecer una estupidez. Una estupidez hacer balance solo un día cada 365, darme cuenta de lo que tengo y lo que no solo en un momento de todos, resumir cosas buenas y malas en un párrafo de mentiras disfrazadas, porque al fin y al cabo siempre queda bonito decir que es precioso seguir aquí, y pretendes olvidar que alrededor tuyo hay demasiadas cosas que todavía no has logrado cambiar y que siguen haciéndote difícil el camino.
Y supongo que la necesidad del balance radica ahí, en recorrer tus doce meses para saber si las cosas han cambiado algo desde la nochevieja anterior, o si simplemente sigues con los mismos fallos y los mismos aciertos, que no has avanzado o que incluso has retrocedido.
Por eso nos empeñamos en decir que nos rodea gente buena, y que ha sido un año especial... preferimos sentarnos a contar a los demás que aunque no hayamos avanzado... las cosas no van mal del todo, sin recordar que tapar las heridas abiertas aumenta ese malestar.
Pero ya se sabe que puedes engañar un rato a todo el mundo... o todo el rato a unos cuantos. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el rato.

Para los que se intentan engañar una nochevieja más... feliz año nuevo y que todos vuestros sueños se cumplan bla bla bla... Para los que hacen balance todos los días, nos vemos mañana.

(c)martasuarez.

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